P. Emérito Antonio, de la Diócesis de Barinas - Venezuela, misionero en
Mozambique
Desde la pobreza
de la Diócesis,
comparte la
misión de la Iglesia para el mundo
Cuando las ganas
se juntan; Dios que en su infinita bondad no se deja ganar en generosidad y se
lo pasa buscando quien se preste para seguir haciendo de las suyas, perdón
seguir haciendo el bien. En su empeño nunca faltan aquellos corazones generosos que procuran hacer la
voluntad de Dios en sus vidas, y en esta fusión divina y humana a la vez, los
deseos de Dios, se convierten en los propios deseos del hombre, para amar juntos un mismo deseo. “Hacer que todos sean
mis amigos” (Mt 28,20) en esta lista me suscribí yo, y tú ¿Cuándo te anotas?
A una misma
realidad hay muchas formas de aproximarse a ella, un fotógrafo en busca de su
mejor postal, un político en busca del mayor provecho, un sociólogo para
estudiar una realidad concreta, el médico para apaliar las dolencias, un
maestro para educar y así entre otros tantos que se aproximan a una realidad me
pregunto ¿Y un misionero con qué lentes se aproxima a aquella misma realidad?
La respuesta
parece obvia; Pa´ evangelizar pués,
pa´qué más. Y creo que es la respuesta más correcta, hum, …la cosa se complica
en el cómo evangelizar. En la historia de la evangelización de los pueblos son
muchas las iniciativas de eminentes misioneros que sin duda guiados por el Espíritu
Santo fueron dando respuestas acordes a su tiempo con los medios con los que
contaba en su momento. Y yo estoy en esto, si, en pedirle luz al Espíritu Santo
para evangelizar desde la mejor propuesta que él tenga para manifestar el amor
a su pueblo y conquistarlo desde eso, desde el amor. En esta tarea, tú también
me puedes ayudar con tu oración. Si va?
Seguramente
donde estás viviendo ahorita tienes cerca de tí personas con muchas
necesidades, y es de humano tender la mano y socorrerle, más aún, si eres
cristiano ya pensaría que con ese mismo gesto estarías evangelizando. Yo
comparto esta misma idea.
Antes de salir
de mi país muchos me preguntaron por qué África?... teniendo tanta necesidad en
tu propios país, ciertamente nunca tuve
una respuesta convincente, ensayando muchas veces la respuesta alunas veces
respondí: porque aquí estas tú y allá estaré yo, para hacer lo mismo, tratar de ponerle una “curita” al
mundo que se desangra a causa de tanto egoísmo.
También porque para el misionero
no existe frontera, las fronteras son las mismas cicatrices de la humanidad.
Mira para acá,
sólo un ratito, detente en este lado del mundo, es otro continente! mira lo
grande que es, se llama África, ahora vete al sur del continente, ubicas un
país que se llama Mozambique, que bien!, allí en ese hermoso país estoy yo,
pero no estoy sólo, estamos cuatro misioneros venezolanos, movidos por la
misión, quisimos regalarle a este pueblo parte de nuestra vida, como aquella
viuda del Evangelio le damos lo que tenemos para vivir, nuestras propias vidas.
Te cuento
algunas cositas de este país, … cifras, números en fin!, (extraídas de UNICEF
2011), no es para alarmarte!, solo para compartir: más de 20 mil niños
huérfanos son ahora jefes de familia,
porque sus papás murieron víctima del SIDA, 1.8 millones de niños
huérfanos están en situaciones de riesgo a pesar de los esfuerzos de ayuda que
les ofrece el gobierno, expuestos a cualquier tipo de abuso y maltrato. 44% de
los niños de Mozambique sufren de sub nutrición crónica. Solo el 0.4 % de los niños mozambicanos tiene
acceso a la educación pre-escolar teniendo acceso a estos centros educativos
solo las capitales de estado únicamente, y tú sabes lo importante que es este
nivel antes de la educación básica para el buen desenvolvimiento escolar del
niño. Pues aquí, no lo tenemos.
Entre los
estados más afectados por la pobreza se encuentran los del norte del país, si
miras nuevamente el mapa de Mozambique te invito a buscar la Provincia de
Tete, queda al norte verdad!, pues si, te imaginas!
en todo el estado solo existen siete liceos como le llamamos nosotros para
terminar el diversificado, los chamos al terminar la básica o como le dicen
aquí la décima (porque son diez años de estudio básico) tienen que desplazarse
a largas distancias o mejor dicho mudarse de casa para poder terminar su
diversificado y otro problema que ni hablar la universidad, sólo el 0.4 de
jóvenes acceden a ella. Para ponerlo más claro, el 87.3% de hombres no alcanzan
los primeros tres grados de instrucción básica y en las mujeres alcanza hasta el
94.8% esta situación, quedando con una tasa de analfabetismos de un 56% y de
desescolarización de un 46% de personas entre 5 a 17 años, el panorama se
presenta desalentador.
El sueldo básico es de 3800 Meticais (Mt) a un
cambio de 33 Mt x 1 $, siendo así que viven con menos de 4$ diarios y estamos
hablando sólo de aquellos que tienen posibilidades a accesar a un empleo que
sólo es el 12% de la población, la mayoría viven de sus conucos, siendo el maíz
el principal rubro de producción, dado que éste es la base alimenticia en sus
dos raciones diarias. Seguido por los frijoles que es el acompañante fiel en
cada ración. Las siembras sólo una vez al año aprovechando el periodo de lluvia
puesto que el periodo seco son 8 largos meses de verano donde los campos quedad
desérticos. Siendo así el principal
problema el agua, (no tenemos agua canalizada) teniendo que recorrer largas
distancias en busca del preciado líquido, y con su escasez se une la
insalubridad y con ella enfermedades, de estas las más comunes en el lugar son:
la diarrea la malaria y el SIDA. Contamos con 1 personal técnico en salud para
cada 3900 habitantes.
Me pregunto qué
hacer ante este panorama: el Obispo de la Diócesis de Tete: Don Ignacio, nos
dio la primera pista con las opciones de la diócesis entre ellas; formación de
los agentes pastorales. Sí, eso es, si esto lo logramos, de ellos mismos
surgirán las respuestas a las demandas sociales que la localidad reclama, como
dijera Don Helder Cámara en su momento: “somos pobres, pero somos muchos”.
Monseñor Ignacio
nos asignó para Manje; una vila ubicada en el municipio Chuta a unos 110 km de
la ciudad de Tete. En aquella futura parroquia atenderemos pastoralmente a
Manje capital de distrito y sus rededores y todo el distrito de Chifunde,
distrito que se extiende hasta la frontera con Zambia país vecino, para
hacernos mejor idea de Manje a la frontera con Zambia son 182 km, las distancias no parecen muchas, el problema
es el mal estado en que se encuentran las vías, carreteras destapadas, y en peor
condición las que comunican a los poblados dispersos en todo esta área
parroquial, siendo estos más de 100 poblados aproximadamente.
La comunidad cristiana
acogió con beneplácito la llegada de los misioneros venezolanos a la zona, para
ellos es una esperanza que se avizora,
expresan sin dudar que nuestra
presencia entre ellos traerá consigo desenvolvimiento a las comunidades tanto
religioso como desde el punto de vista social en atención a los más pobres:
huérfanos, viudas y desescolarizados. Sin duda la presencia de los misioneros
hace re-nacer la alegría, se les nota en su cara.
A todas estas,
si me preguntas por mí, qué como me
siento, qué como he vivido esta experiencia? Y les respondo, Feliz!, feliz porque creo estar haciendo lo que Dios me ha
pedido desde siempre, pero como decía San Pablo, “con temor y temblor”, con la confianza puesta en Dios, yo solo me
complazco en ser un obrero en la mies del Señor. No me alarman los sufrimientos
de pobreza de este pueblo porque la pobreza la he vivido, pero me con-mueve su
largo sufrir. Sin duda que el límite cultural y de lenguaje es una barrera
ineludible, estoy haciendo mi parte, Dios se encarga de lo demás, pues el
lenguaje del amor habla más que cien palabras.
Cuando nos
seleccionaron para salir al África, entre el perfil nos pidieron ser maestros,
aquí pronto me di cuenta que no son maestros los que precisan, lo que
necesitamos para esta misión son testigos para una labor de entrega y
esperanza. Dispuestos a correr los riesgos de los sacrificios propios de quien
le quiere servir a Dios.
Las dificultades
que han ido surgiendo con la ayuda de Dios, y de la iglesia local, sobre todo
la solidaridad de la vida religiosa presente en la Diócesis nos han tendido la
mano y con entusiasmo misionero no hemos detenido el paso.
Y para ti que
compartes el mismo deseo de Dios, un abrazo fraterno, que viva la paz en tu
corazón y un “Dios le pague” a todos los benefactores de ésta misión. Dios a su
tiempo hará florecer las obras de nuestras manos.